- Punko nació en una familia de preciosos patitos amarillos dignos de una hermosa cadena de montaje.
- Sus hermanitos se convirtieron en hermosos y majestuosos patos. El siguió siendo una mierda negra con plumas, patas, cresta punki y voz desagradable. Además, era estreñido y respiraba fuerte.
- Pronto aprendió que nunca sería un cisne, ni siquiera un pato y, ni mucho menos, un punki.
- No obstante, aprendió a vivir feliz entre los escombros y restos del sistema, entre el bien y el mal y entre las luces y las sombras.
- Se alimentó de los restos amargos del humor, cada vez menos abundante y cada vez más atacado por el Imperio Woke y sus soldados buenrollistas.
- Su carácter se forjó entre el olor nauseabundo del alcantarillado y vapores tóxicos de resinas variadas, deslizándose entre olas y ríos de caca.
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Puedes intentar clasificarlo, pero tienes un problema.